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Esta noche se inaugura la exposición "El otro fútbol", de los fotógrafos Federico Peretti y Pablo Pivetta. La pasión del ascenso, el significado universal del hincha y algunas otrasa inquietudes, en la entrevista que mantuvimos con Peretti.

Federico Peretti es fotógrafo y cineasta. Tuve la suerte de conocerlo hace tiempo gracias a una actividad en común, y compartimos el gusto por lo futbolero, más allá de los colores y afinidades, sabiendo que la pasión y cierta intencionalidad en la mirada pueden formar parte del mismo sentir.

Creo que casi todos reconocemos que hay imágenes y momentos que podrían suceder en cualquier cancha, sentimientos que son los mismos y que pueden aplicarse a este maravilloso deporte que engloba tantas cosas, buenas y malas.

El fútbol es innegablemente un espectáculo de masas que mueve millones (de gente, de dinero) alrededor del mundo, pero también está el "Otro fútbol", que es el de pocos, el de pobres, ausentes y que por lo general no brilla. Ahí pusieron sus ojos Peretti y Pablo Pivetta para transmitir las vivencias del Ascenso argentino, en una exposición que vale la pena ver "en directo", como los partidos en la cancha, con copias que alcanzan medidas de 145 x 100 cm.

Previo a la unauguración de esta noche a las 21 horas en el Cine Teatro York, Alberdi 895, Olivos, dialogamos con Federico Peretti para conocer un poco más sobre la muestra y su trabajo.

Foto: Federico Peretti

La Caldera del Diablo: - ¿Cómo surge y por qué se deciden a hacer "El otro fútbol"?
Federico Peretti: - Surge como una idea de Pablo Pivetta, que es el encargado de organizar los ciclos en el Cine Teatro York. Pablo se encontró con mis fotos en la red y al tener estas no sólo la temática en común con las suyas, sino el espíritu y las sensaciones que transmiten, me escribió para ofrecerme organizar esta muestra en conjunto. Yo ya había visto también sus fotos en otra oportunidad, y no lo dudé puesto que es una idea que tenía en la cabeza hacía tiempo. Como para todo, hace falta un empujón, así que el ofrecimiento de Pablo vino como anillo al dedo para que los dos nos entusiasmáramos y en pocos días dispusiéramos todo para la muestra.

- ¿Qué encanto particular encontrás en el mundo del ascenso que no se viva en la Primera?
- A lo largo de todo este tiempo que llevo recorriendo el ascenso ya conocí muchísimas canchas y todas tienen un “no se qué”. Cada una es un mundo especial, diferente, lleno de historias y cuentos. No es sólo la sensación romántica de ver las paredes derruidas, las pintadas realizadas veinte años atrás, las fotos colgadas en el buffet… Es más que eso. Es el llegar una hora y media antes de cada partido y conversar con el canchero, con la señora que vende los banderines en la entrada del club y que te cuenta que lo hace para juntar plata para arreglar el baño que está bajo la platea. Cada cancha es un mundo particular, con reglas en común, pero regida por la historia y la idiosincrasia de hinchas y dirigentes que las frecuentan. Y eso no se ve en Primera División, donde todo es más masivo, más conocido, más impersonal. Es raro ver en un club de Primera hinchas haciendo rifas para pintar los tablones de la tribuna, o a los propios hinchas arreglando los alambrados… Podría estar horas enumerando las cosas que me fascinan del Ascenso, pero creo que es todo en su conjunto. Es ver como 400 personas dejan todo, y organizan su vida alrededor de eso, al margen de la televisión y los flashes, para ver a un club que no asciende hace 45 años.

Foto: F.P.

- ¿Recordás lo primero que te atrajo de toda esa "cultura futbolera" para dedicarte a sacar fotos más allá de tu trabajo?
- La primera vez que fui a cubrir un partido fue en la cancha del Club Liniers, en La Matanza. Iba pensando en cómo retratar las jugadas y las fotos de los equipos, pero antes de ingresar al predio del club ya me di cuenta que todo eso pasaba a un segundo plano. Lo primero que vi fue un pizarrón en la entrada que decía “Vamos jugadores todos los queremos ver ganar, todavía se puede”. Era la semifinal de un reducido por la Primera D. Dos metros después me encontré con una señora que vendía rifas para juntar dinero para poder pintar el club el año que viene. Y después comí un sándwich en el buffet, rodeado de cuadros de las “viejas glorias” y los campeones del años '50. Listo, fue suficiente, me di cuenta que el córner, el penal, el festejo de gol, el tiro libre eran cosas completamente adyacentes en el Ascenso y que su interés y su magia no radicaban en eso.

Foto: Pablo Pivetta

- ¿Cómo trabajás al momento de fotografiar, dejás de lado el profesional?
- Completamente. O no. Es decir, llegué a trabajar como fotógrafo porque me encanta la fotografía y ando con una cámara todo el tiempo encima. Me encantan los pequeños detalles, y los busco continuamente. Es más, si un día veo algo que me interesa y no tengo la cámara, me bajoneo. Entonces, me encanta sacar fotos, y eso me llevó a trabajar en el fútbol, pero creo ser más un amante de la fotografía que por un ratito cumple con un “mandato” que le dan en una redacción y que le piden el festejo de tal equipo o la foto de tal hinchada para un poster, pero que rápidamente vuelve a su pasión y sigue buscando las pequeñas cosas.

Foto: F.P.

- ¿Conocés el trabajo de otros fotógrafos de fútbol? ¿Te interesa alguno o tomaste a alguno como referente para tu exposición?
- Sinceramente no. Y el comentario no viene desde la soberbia y por decir “ay, yo no me fijo en nadie”, viene más que nada desde la ignorancia. El estilo de fotos que me interesan no son justamente las “deportivas”, la jugada en el momento que ocurre, entonces no me llaman la atención las fotos de los diarios deportivos. Me interesan las fotos de todo lo que rodea al Ascenso, y pese a haber buscado en internet, me encontré con muy pocos fotógrafos que captan esas cosas. Hablando con fotógrafos conocidos que cubren fútbol, me comentan que van a la cancha en un taxi, este los espera afuera, sacan fotos durante diez minutos, y luego se suben nuevamente al vehículo y se van a otra cancha o termina su jornada. Entonces, no tienen ni siquiera tiempo, y creo que eso conspira a la larga con el interés, de ponerse a buscar “esas otras cosas”. Yo voy en transporte público a todas las canchas, llego una hora antes a cada partido, y puedo dar “el lujo” de buscar esas cosas que me interesan.

Foto: P.P.

- En las fotos destacan más las ausencias, como si algo faltara. Y en el texto que acompaña a la muestra también remarcás esa sensación y la austeridad como distintivo. ¿Tenés o tuviste presente eso a la hora de fotografiar?
- Sin dudas, ese es el sello del Ascenso: el sobreponerse a la adversidad. Es difícil conseguir el micro para que los jugadores viajen, tener la cancha habilitada para jugar, que haya agua en los vestuarios… hasta se revoluciona el presupuesto del mes si se pierde una pelota que vale 120 pesos. Siempre está la carencia a flor de piel, pero siempre, y en mucha mayor medida, está la pasión y las ganas de colaborar desinteresadamente, de ayudar por el solo hecho de hacerlo, de invertir absolutamente todo un sábado resignando trabajo o familia para estar en “SU” club. Entonces, me interesa mostrar las carencias, las tribunas no habilitadas, las camisetas gastadas, los bancos de suplentes de chapa, pero desde el costado que eso, para toda esta gente, es más que suficiente, y es lo que permite que una pasión que viene de padres y abuelos, simplemente continúe. Y sea, luego, pasada a sus hijos.

Entrevista de Emiliano Penelas

Foto: F.P.

"El otro fútbol"
Exposición fotográfica de Federico Peretti y Pablo Pivetta en el Cine Teatro York, Alberdi 895, Olivos, provincia de Buenos Aires.
Inaugura el sábado 19 de diciembre de 2009 a las 21 horas, hasta el miércoles 20 de enero de 2010. De lunes a viernes de 15 a 22 horas; sábados de 17 a 22.

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