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Pusineri, que no venía siendo titular y jugó poco en el verano también, fue la figura de Independiente demostrando que siempre está cuando se lo necesita. Santoro también habló de la importancia de San Lucas en el equipo.


¿Como no pensar en que el cabezazo de Pusineri a la red de racing se pareció tremendamente a aquel gol que le hizo a Boca para salir campeones? Aunque no tienen el mismo siginificado, su factura, momento emotivo y goleador coinciden para plasmar un nuevo testazo de Pusi para poner al Rojo en ventaja en el clásico.

“Fue parecido al de Boca, ja pero por suerte sirvió para ganar. Recién comenzaba el partido y poder hacer el gol en lo que fue el comienzo de la victoria ante racing fue gratificante”, dijo Pusineri, quien también admitió que “ayer no pude dormir, por lo general los clásicos me trastornan y ni a mi compañero de pieza dejo tranquilo. Por suerte lo que soñé se hizo realidad, los ruegos de todas partes fueron escuchados”.

Las tensiones, se entiende, eran producto no sólo de enfrentar al rival de siempre, sino también a los propios fantasmas del Rojo: “Este partido era un arma de doble filo. Si las cosas no nos iban bien íbamos a ser una vez más los representativos del equipo los máximos culpables y hoy fuimos los que tuvimos mucho que ver. De hecho los pibes nuestros fueron los que salieron medios lastimados, así que estoy orgulloso de haber ganado”.

Por último, el 8 del Rojo afirmó: “esto es una alegría enorme haber ganado el clásico por como veníamos, porque en el campeonato anterior las cosas no las habíamos hecho bien y esto es una alegría para este plantel bastardeado en las últimas semanas y para la gente que pudo ver al equipo ganar y jugar bien. También para la gente que estuvo al lado mío cuando las cosas tal vez no son de color de rosa, este triunfo es para ellos”.


Pepé también lo elogió







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