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Independiente jugó muy mal, nocreó situaciones de gol en todo el segundo tiempo y Borghi volvió a errar en los cambios y en un planteo que aunque en los nombres parece audaz, en lo real es netamente defensivo. Aún así, el Rojo lo ganaba y a uno minutos del final se dejó empatar.


¡Qué desgracia! ¿Cómo no irse lleno de bronca del inodoro cuando más allá de que lo de Independiente fue lastimoso te empatan sobre el final? ¿Cómo poner en frío la cabeza cuando el equipo no da signos de recuperación y desde el banco se dice una cosa y se ejecuta otra?

¿Quemó todos sus libros de fútbol Borghi? ¿Por qué habla tanto de juego bonito, de espectáculo, de creatividad, y después nada de eso se ve plasmado en la cancha? ¿Por qué, si pretende tirar el equipo atrás y aguantar como lo hizo todo el segundo tiempo ante un rival que carecía de ideas, no coloca jugadores adecuados a ese planteo? ¿De qué sirve pregonar la línea de tres cuando se defiende con diez, y encima mal?

Desde el arranque racing quiso ganar el clásico. Pasa que la academia no tenía con qué, salvo por un poco de empuje y amor propio que mostraron algunos de sus jugadores. Como contrapartida, Independiente perdía el mediocampo, no marcaba en el fondo (eran "todos contra Gioda") y no apretaba arriba.

Fue muy pobre en esa primera mitad lo de Higuaín, impreciso, fuera de tiempo y desconectado. En el segundo lo reemplazó de arranque Calello, demostrando que no es menos que ninguno de los que sale de entrada. Sigue siendo bajo el rendimientode Montenegro, y entre Gandín y Núñez no inquietan ni un cuarto de lo que podía hacer Denis con una pierna menos.

Así el panorama no parece alentador, y si esta tarde el rival era Boca, por ejemplo, estamos seguros de que no hubiera dejado pasar tantas como hizo racing, que si en esa primera etapa hubiera convertido dos o tres goles no hubiera sido extraño.

Pero, el fútbol tiene esas cosas y en una jugada aislada sobre el final del período, Mareque se va por la punta, tira el centro atrás y un rebote le queda al Rolfi para poner el 1 a 0, injusto pero gritado, por supuesto, a rabiar.

En el segundo tiempo se preveía que racing iba a salir a buscar el partido, y que quizás se obtendrían espacios en la defensa para lastimar. Sin embargo, en un esquema muy defensivo, Independiente sólo llegó al arco una vez, con un remate lejano de Pusineri que se fue rozando el banderín del córner...

racing iba, y Borghi hacía lo mismo que contra Estudiantes: sacó a los dos delanteros para poner a Ríos, lento, intrascendente y totalmente ajeno al partido, y Grisales, que no sabemos cómo puede formar parte del banco de Independiente a esta altura.

El resultado, doloroso, se conoce. Llegaron al empate con una jugada similar a la del Pincha (centro pasado, jugador que aparece por el segundo palo). Ellos lo festejaron como una victoria, nosotros como lo que fue, una derrota.

Emiliano Penelas

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